Dado que las políticas occidentales parecen guiarse por una lógica binaria que niega la diversidad y la representación de los grupos marginados por el poder hegemónico, reforzase que la acción educativa debe buscar la inclusión y el reconocimiento teniendo presente su carácter y acción política.
De ahí surge la importancia de recuperar el poder transformador que está presente en la teoría pedagógica de bell hooks (2013). Esta compreende que al plantear una práctica pedagógica libertadora las profesoras y profesores deben tomar su consciencia política. Basándose en el poder de tener voz en aula, deben rechazar las estructuras jerárquicas de la educación atual transformando a aula en un ambiente de reconocimiento, diálogo y de liberación. Por lo tanto, lo que se reivindica en la acción educativa es la adhesión de su carga política como orientación a una práctica pedagógica libertadora frente a orden desigual a cual niñas y mujeres están subyugadas y son víctimas.
Además, esta tarea no puede ser logradas sin partir de la interseccionalidad, una vez que solo considerando como la imposición y la relación de las categorías de poder influyen la vida de mujeres y niñas, se torna posible plantear un programa revolucionario que trabaje el sexismo en la lucha antirracista, así como considerar el sexismo desde la lucha antirracista (hooks, 2013).
Lo que se propone es pensar en un programa feminista, basado en una pedagogía y acción política que pueda comunicarse con los diferentes sujetos que pueden ser tocados por la lucha feminista. Siempre teniendo en cuenta la diversidad que compone el alumnado, la propuesta de cómo las teorías feministas deben saber tratar la diversidad étnica, el origen de clase, la orientación sexual, es decir, abarcando la interseccionalidad y la interrelación de las diferentes experiencias.
La educación para liberación: una pedagogía crítica feminista que considera su carga política
Aline Cristina Gabriel