Guillem d’Efak ha sido, desde su desaparición en 1994, un artista proclive al homenaje reconfortante, aquel que nos devuelve la imagen de una cultura catalana inclusiva y pionera que combatió vehementemente la represión ideológica e identitaria del Franquismo. El documental “L’ànima negra de l’illa” (2018) y, anteriormente, la premiada biografía de Mestre i Sureda (1997) ‒ complementada con una larguísima enumeración de los conciertos, actos de reconocimiento, publicaciones, etc. que se sucedieron tras la muerte del autor en honor a su memoria (2010:229—250)‒, han contribuido a consolidar el estatus patrimonial de d’Efak en Catalunya. Exponente atípico de una “negritud en catalán” (Nerín:2018) también atípica, Guillem d’Efak, nacido en Río Muni de una pretendida princesa pamue y de un guardia colonial de Manacor, ocupó un merecido lugar central en la Nova Cançó con una producción discográfica más que notable, publicó numerosos libros (poesía, teatro, literatura infantil), de los que apenas se habla, y ejerció la agitación cultural desde la “Cova del Drac”, el local que regentó en la calle Tuset de Barcelona. La heterogeneidad de los discursos raciales del propio autor y sobre este, objeto de este trabajo, contrastan, sin embargo, con el consenso institucional. La omnipresencia de la raza como reclamo comercial en la prensa y el uso más o menos humorístico que hizo d’Efak de clichés raciales (pereza, falta de ambición, hipersexualidad, etc.), por un lado, y la mallorquinidad y catalanidad que nutre su creación literaria y musical y que d’Efak convirtió en cruzada personal, sin olvidar otras reflexiones en las que este parece anticiparse a la Crítica de la razón negra (Mbembe:2013) y su forma de entender la existencia y la creación, más cerca del “devenir-negro-del-mundo que de consideraciones epidérmicas, configuran un ensamblaje racializante (Weheliye:2014) del que emergen tensiones, zonas de fricción y espacios ciegos.
En torno a Guillem d’Efak. Discursos sobre la negritud de un artista “de color mallorquín”
Maria Del Mar Garcia Lopez