La experiencia del modelo colonial antillano, asentada en la raza como mecanismo de sujeción y subordinación y donde el Estado promovía y se beneficiaba de modalidades de trabajo coactivo a través de su papel como “protector y patrón nato”, se trasladó al otro lado del Atlántico en las posesiones españolas del Golfo de Guinea: Fernando Poo, Corisco y Annobón. Allí también se estableció para la población la condición de emancipado tomando como referencia la reglamentación para los emancipados y trabajadores asiáticos de Cuba. El sistema de tutelaje llegó incluso al siglo XX desde instituciones como el Patronato de Indígenas y la Curaduría colonial. La posterior división de la población negra entre “emancipados” y “no emancipados” (1928) condicionó su capacidad legal al sometimiento y la asimilación cultural, afianzando su sujeción a las autoridades coloniales.
Nuestro trabajo examina en perspectiva comparada la regulación del trabajo coactivo en Cuba y Fernando Poo, poniendo el foco en tres cuestiones: a) el papel del Estado como tutor y contratista, b) los mecanismos de regulación y disciplina de la fuerza de trabajo y c) las instituciones creadas para vigilar la observancia de la ley.
“Viejas ataduras con nuevas cuerdas: la regulación del trabajo coactivo en Cuba y Fernando Poo”
Paloma Miravet Llorens