Movilidades y turistificación en la isla de Zanzíbar

Dolores Garcia Torra

En estos últimos cuatro años se han visto en ZanzÍbar una vorágine de nuevas construcciones residenciales y hoteleras. Extranjeros están apostando por la isla como una nueva oportunidad frente a la creencia de que “Bali está acabado” por su sobreexplotación turística. Cada vez más espacios decorados al estilo de la arquitectura balinesa se abren paso entre caminos y carreteras precarias, a la vez que insuficientes para los desplazamientos de la población local y la esperada llegada masiva de turistas en 2025. En Zanzíbar, la construcción de nuevas carreteras y la reparación de las ya existentes, la planificación y ejecución de terminales de autobuses hasta ahora inexistentes en la capital y la voluntad de unir la isla con el continente por un puente son algunas de las acciones que desde el Estado tanzano se están llevando a término para dar cabida a las nuevas necesidades de conectividad y movilidad. Dichas transformaciones viarias para la hipotética mejora económica del país se articulan con materialidades específicas como estaciones de autobuses provisionales, aparición de nuevos modelos de desplazamiento y desarticulación de los antiguos, que se presentan como una amalgama que se combina con organizaciones de trabajo ya establecidas de conductores de vehículos y motocicletas, taxis y automóviles privados. Utilizando la metodología cualitativa, esta comunicación propone un acercamiento al sistema de transporte Dala Dala en su trayecto de Jambiani a Stone Town, llevando a cabo observación participante en todo su recorrido para describir los impedimentos y las dificultades en su uso, y dar cuenta de cómo los usos del transporte público revelan un desbordamiento de necesidades, apropiaciones y alternativas no previstas y de conflictos consecuentes.