Las antiguas colonias portuguesas en África vivieron una larga guerra por la independencia, En el caso de Mozambique fueron diez años de guerra de liberación. Portugal tuvo verdaderos problemas para mantener ese esfuerzo militar, porque su demografia no le permitía sostener con levas de la metrópoli todos los frentes activos que las guerras en las tres "provincias" le exigían. Tuvo que recurrir a un esfuerzo de propaganda y de reclutamiento entre la población africana negra. Mozambique fue el territorio que más proporción de soldados africanos tuvo defendiendo el sistema colonial.
Hubo soldados africanos en el ejército regular. También los hubo entre los grupos de paracaidistas y de comandos que fueron los responsables de algunas de las masacres más famosas, como la de Wiriyamu. Finalmemente, también hubo la intencion de movilizar comunidades musulmanas para luchar contra el comunismo internacional representado por el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), aunque esta opción no llegó a concretarse. La caída de la dictadura tras el golpe de Estado de 1974 y el acuerdo de la concesión de la independencia con el reconocimento del Frelimo como único interlocutor mozambiqueño, dejó a la immensa mayoría de estos soldados africanos que lucharon por Portugal en una situación complicada: por un lado Portugal no les reconoció la ciudadanía portuguesa, por el otro el Frelimo los veia como traidores. Un cierto número de estos soldados se refugairon en Rodhesia tras la independencia, y fueron la base a partir de la qual los servicios secretos rodesianos estructuró la primera fuerza de choque para desestabilizar al nuevo gobierno Mozambiqueño independiente. A estos primeros contigentes de resistencia armada contra la revolución en Mozambique, se les unirían, con el tiempo, cada vez más sectores de población mozambiqueña descontentos con las políticas del gobierno independiente. Así, la violencia postcolonial tiene continuidad con la colonial.
Violencia Colonial en Mozambique: el reclutamiento de africanos y su consecuencias tras la independencia.
Albert Farré Ventura