La isla de Annobón, una pequeña tierra perdida en medio del Golfo de Guinea, tiene una historia original y muy rica: su población, de diversos orígenes y estatus, experimentó la esclavitud y la colonización portuguesa en el siglo XVI, pero también desde principios del XVIII. siglo, la descolonización y la abolición de la esclavitud.
Este pueblo unido luchará por su libertad desarrollando diferentes estrategias hasta finales del siglo XIX. En esta época, los annobonais sufrieron varias sequías y hambrunas que los debilitaron considerablemente. Los misioneros españoles, los claretianos, vinieron a abrir una misión en el pueblo principal de la isla. A través de su presencia y sus acciones permiten reconocer la colonización española de este territorio. Aunque los isleños ya no están oficialmente esclavizados, algunos todavía sufren trabajos forzados y tienen que exiliarse de su tierra natal. Sin embargo, continuaron mostrando resistencia cada vez que fueron víctimas de abuso de poder por parte del gobierno colonial y los misioneros.
Saben expresar el amor por su isla y su cultura a través de las palabras. Sus testimonios escritos y orales son ricos y numerosos. Este patrimonio literario es cada vez más valorado gracias a diversas ediciones de cuentos, leyendas, colecciones de recuerdos antiguos así como otras iniciativas tomadas por los propios habitantes. Sin olvidar a escritores cuya notoriedad no se detuvo en la frontera de Guinea Ecuatorial. Este es el caso por ejemplo de Juan Tomás Avila Laurel.