La educación bancaria fue conceptualizada y definida por el filósofo y pedagogo Paulo Freire. Comprendiendo el peligro de la deshumanización que este modelo educativo conlleva, el autor realizó un profundo análisis del método bancario donde se ha identificado los principales impactos en la vida del alumnado cuando se persigue un proceso del aprendizaje de la transferencia y no de la transformación.
El modelo tecnicista que conlleva el método bancario, siguiendo los presupuestos de la orden dominante del Ocidente y del Norte global, hay contribuido para el mantenimiento de los privilegios de clase, raza y género ya consolidados, como resultado de herencia del proceso histórico. Por lo tanto, identificamos que el modelo de aprendizaje técnico planteado sin un análisis seguirá ha logrando una labor de justicia social, cómo tampoco la libertad e igualdad efectiva entre hombre y mujeres.
Este análisis también fue introducido por Collins & Bilge (2021) al identificaren que “el enfoque bancario de la educación se basa en los principios neoliberales emergentes de individualismo, privatización y relaciones de mercado como solución a los problemas sociales”.
La acumulación o depósito de cierto tipo de capital educativo promete empleos estables con salarios y beneficios justos, una promesa que es poco probable que se cumpla bajo el neoliberalismo, en el que este tipo de empleo es la excepción, no la regla. Los oprimidos saben muy bien que el capo del juego está inclinado (Collins & Bilge, 2021, p. 214).
Por lo tanto esta exposición quiere señalar que solo el acceso a la educación no puede lograr la igualdad si sigue el método de pedagogía a cual niñas y mujeres pasan a tener acceso perpetua una percepción jerárquica y la normalización de la desigualdades y injusticias sociales. En definitiva, esta educación bancaria parece dar una falsa sensación de igualdad.
La educación bancaria es un obstáculo para la igualdad efectiva
Aline Cristina Gabriel