Selecciona el PANEL | 22. Sonidos, poder y conocimiento africanos. Potencialidades, retos y posibilidades decoloniales de los archivos sonoros históricos sobre África. |
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Autor/a | Carlota González Sánchez-Moliní |
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Título de la comunicación | El orientalismo musical como forma de colonialismo: una perspectiva de género |
Abstrac | El orientalismo musical implica la creación de obras occidentales que pretenden evocar y representar a Oriente en el decurso natural del colonialismo europeo desde el XIX. Ese natural colonial requiere una lectura contrastiva desde nuestra perspectiva actual: una lectura decolonial. Desde el XIX, los compositores occidentales emplearon recursos fijos, a partir de noticias indirectas sobre una cultura pretendidamente ajena, para construir obras de temática oriental cargadas de significaciones para la concepción del Otro. Este trabajo traza un recorrido por diversas piezas musicales y dispositivos sonoros que contribuyen al desarrollo de este orientalismo en tanto que parte paradigmática de las relaciones entre Oriente y Occidente, así como de sus percepciones mutuas de alteridad. El orientalismo español, específicamente africanista, merece una mención aparte. El estudio del colonialismo sonoro nos llevará irrevocablemente a una particular perspectiva de género, dado que el orientalismo musical configura un esencialismo de formas feminoides distinguibles y diferenciables de unas alternativas formas masculinoides occidentales. Por un lado, la música orientalista ha contribuido a la conformación de un patriarcado occidental plenamente relacionado con la tradicional idea de la masculinidad como plenitud, evolución y cientificismo. Por contraste, Oriente es lo femenino, en su versión más arcaica; lo débil y sensible, así como más primitivo y subdesarrollado que Occidente. Por otro lado, es posible una caracterización musical y escénica de dos perfiles opuestos en género a partir de dos formas de representar al Oriente: un edén exótico y sensual o el conquistador que podría extender su mundo a un territorio. La primera de las representaciones está ligada a la feminidad, imaginando a la mujer en un diván con alfombras, cojines y perfumes, y la segunda está reservada a la masculinidad, como barbarie y militancia. Sí; existe una posible lectura decolonial y de género en la crítica musical al orientalismo africanista del XIX. |