El cine africano como discurso contrahegemónico

Las independencias africanas dejaron en una difícil situación una industria cinematográfica africana prácticamente inexistente. La formación cinematográfica de los africanos y el apoyo a las producciones africanas se forjó desde un primer momento con los subsidios de occidente. Los primeros teóricos y cineastas africanos ya denunciaron la influencia de occidente en el desarrollo de una cinematografía africana «genuina». Estos primeros cineastas africanos pusieron especial empeño en producir películas que fueran relevantes para las audiencias locales, para reforzar la construcción identitaria de las nacientes naciones. En Europa, en la década de los 60, surgieron festivales de cine para satisfacer las demandas de un público que pedía productos exclusivos con tintes contestatarios. El cine africano, nacido en la coyuntura política de las independencias, era un nuevo producto diversificado y politizado que casaba bien con el gusto cinéfilo europeo. En los años ochenta y noventa surgen los primeros festivales de cine africano fuera de África. Hoy en día hay un sinfín de festivales de cine africano fuera de África, presentados como agentes portadores de un discurso contrahegemónico sobre «lo africano». Sin embargo, el cine africano aún no ha conseguido involucrar a las audiencias africanas y los teóricos de estos cines siguen buscando una definición. Las coproducciones, financiadas desde occidente, son su fórmula habitual y su principal objetivo sigue siendo el público de los festivales especializados, en su mayoría fuera de África. En España, la desconexión con su pasado colonial en África ha supuesto no solo el desconocimiento de esta parte de la historia del país, sino también la exclusión de la historia y de la memoria de los colonizados. Del mismo modo, fueron ignoradas y excluidas las primeras producciones cinematográficas africanas, privando al público español de imágenes e imaginarios en los cuales los africanos tomaban por primera vez la palabra.