Cuando transcurría el año 2008, el líder libio, Muamar el Gadafi, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, firmaron un acuerdo de cooperación. Públicamente, este tratado fue definido como un pacto de amistad entre ambos países por el cual Roma pagaría al gobierno de Libia cinco mil millones de euros en un período de 20 años como forma de compensación por los perjuicios infligidos al pueblo de este país en el transcurso de tres décadas de colonización. A pesar de este objetivo manifiesto, el tratado debe interpretarse dentro del marco de las políticas europeas crecientemente restrictivas con respecto a las migraciones, por el cual Gadafi asumió el compromiso de impedir la salida de los potenciales migrantes que pretendieran ingresar a Europa utilizando al territorio de Libia como “trampolín”. Por ello la Guardia Costera libia fue entrenada y provista con equipamiento y patrullas, mientras que el interior del país se transformó en un corredor al que muchos de los desplazados pudieron ingresar, pero difícilmente salir, ya que quedaron atrapados en una red de centros de detención para inmigrantes o en cárceles financiadas con el dinero recibido de Italia. Aunque Gadafi fue derrocado y asesinado en el año 2011, en el contexto de la Primavera Árabe, el escenario no cambió. La asunción del Consejo Nacional de Transición (CNT) no trajo consigo modificaciones en lo que hace a la situación de los extranjeros ingresados en Libia para buscar trabajo en su interior o para llegar a territorio europeo a través del Mediterráneo. Más aún: en 2017 los nuevos gobiernos de Italia y Libia firmaron un memorándum que, esencialmente, renovó el contenido del suscripto previamente y que ha sido objeto de sucesivas prórrogas. A partir de este marco diplomático-legal, nos proponemos analizar el papel de Libia en el reforzamiento de la "securitización" migratoria.
Esta comunicación presenta un análisis crítico de la Ruta Atlántica hacia Canarias, abordando los conceptos de securitización y necropolítica, vinculándolos con las teorías de necesidades humanas de autores como Max-Neef, Nussbaum y Maslow. Se parte de la premisa de que las políticas migratorias actuales, centradas en la seguridad y el control fronterizo, crean un entorno donde las necesidades fundamentales de las personas migrantes—subsistencia, protección, identidad y participación—son sistemáticamente ignoradas o incluso negadas. Estas políticas, sostenidas bajo una lógica securitizadora, perciben la migración como una amenaza, justificando la implementación de medidas restrictivas que perpetúan la precariedad de las personas tanto en origen como en tránsito, con consecuencias que se reflejan en el aumento de rutas inseguras y la pérdida de vidas.
La Ruta Atlántica es examinada como un fenómeno estructural, oculto tras la falsa emergencia, utilizada para legitimar políticas excepcionales y la militarización de las fronteras. Este enfoque, perpetuado bajo el discurso del “control de flujos ilegales”, ha sido reactivado en momentos específicos, vinculado al contexto político del Plan África, y mostrando una tendencia hacia la militarización y externalización del control migratorio, que afecta tanto a los países de origen como de tránsito.
Vinculamos las teorías de necesidades de Max-Neef, Nussbaum y Maslow con la necropolítica, argumentando que la negación sistemática de las necesidades fundamentales de las personas migrantes puede considerarse una forma más de necropolítica. Además, exploramos cómo la perspectiva afropesimista y la cooperación paternalista refuerzan una narrativa colonialista que limita la autonomía y el reconocimiento de los derechos de las propias personas migrantes. Finalmente, proponemos un enfoque alternativo basado en la satisfacción de las necesidades humanas, priorizando políticas que aborden la migración desde una óptica de derechos y bienestar, en lugar de enfocarse únicamente en la seguridad y el control.
La sacralité des frontières a consacré la balkanisation de l’Afrique avec pour conséquences notamment l’hétérogénéité des peuples à l’intérieur de chaque territoire colonial devenu État. Ce maintien des frontières a ainsi validé la désorganisation linguistique des peuples en Afrique. Malgré cela, on assiste à l’intérieur de chaque État à la naissance d'une nouvelle identité linguistique façonnée à partir de la langue colonisatrice. En Côte d’Ivoire le Nouchi – argot ivoirien inventé et parlé par les jeunes – se présente comme une langue décolonisée. Crée dans les années 1970, le Nouchi s’est perpétué d’abord au sein de la jeunesse qui s’identifié désormais à elle dans son parlé. L’objectif de cette contribution est donc d’analyser la décolonisation de la langue française, langue héritée de la colonisation, par les jeunes ivoirines et sa réappropriation en tant qu’identité propre. Il s’agit également de dégager l’impact de cet argot dans la société ivoirienne. Le recueil des données se base, outre les données bibliographiques, sur des observations de terrains, des entretiens et une enquête. Les résultats de cette étude montrent que l’adaptabilité de la langue française en Côte d’Ivoire par les jeunes à aboutir à la naissance d’un argot typiquement et spécifiquement ivoirien. Cette adaptabilité s’inscrit dans une logique d’affirmation et contextualisation de la langue du colonisateur par les jeunes dans le but de s’émanciper linguistiquement et se forger un propre parlé. Ce parlé est présent même au sein de toutes les couches ivoiriennes et pratiqué dans l’administration. Aujourd’hui le Nouchi, considéré comme une identité propre à l’ivoirien, constitue un moyen de communication privilégie des jeunes que ce soit à l’écrit comme à l’oral.
Mots clés : Côte d’Ivoire, Frontière, Jeune, Langue coloniale, Nouchi, Réappropriation.
No romance Choriro (2009) de Ungulani Ba Ka Khosa, a morte é um processo de transformação social, política e espiritual, mais que um evento físico. Nesta narrativa, ela ganha sentido simbólico de continuidade e ruptura sociopolítica, passa a refletir um profundo elo com a ancestralidade e o poder no Vale do Zambeze. Neste trabalho, analiso Choriro à luz da "estética da morte", destacando como a obra a utiliza para narrar conflitos, dinâmicas históricas e sociopolíticas da região. Neste romance, há a recuperação de vozes marginalizadas que ajudam a reconstituir a história do Vale do Zambeze, a qual esteve frequentemente ofuscada pela narrativa da luta pela independência. A morte do mambo Nhabezi pode ser entendida como ruptura, pois inicia uma série de rituais de luto e reflexões políticas, que perpassam valores africanos tradicionais e a realidade colonial; assim, ela se torna símbolo da conexão entre o espiritual e o político, apresentando valorosos aspectos históricos. O Choriro diz respeito às cerimônias de luto que, no caso do romance, são realizadas pelas seis esposas do mambo Nhabezi, cuja evocação remete à tradição mpondoro, na qual, o falecido se transforma em espírito protetor ancestral. Nesse momento, a transmutação molda o futuro da comunidade, também simboliza a preservação das identidades africanas frente ao colonialismo. Além disso, a morte em Choriro é metáfora para a violência colonial e o impacto do tráfico de escravos no século XIX. Khosa retrata a violência física e simbólica do Vale do Zambeze, articulando a morte como testemunho da destruição causada pelo colonialismo e pela guerra, mas também como forma de resistência e preservação da memória. Khosa revisita a história do Vale do Zambeze pela Literatura, o que enriquece a compreensão dos processos sociopolíticos moçambicanos sob novos ângulos. O romance oferece uma reflexão profunda sobre heranças coloniais e caminhos de resistência
Quand Jean Genet écrit Les Nègres (1958), Les Paravents (1961) et Un captif amoureux (1986), il sait que son geste s'inscrit dans un paysage politique fort : l'Algérie et la Palestine.
Il ne savait pas que ses pièces seraient toujours jouées en 2024 dans le monde entier.
Il ignorait également qu'on le relirait à la lumière des études postcoloniales.
La représentation des cheveux noirs et arabes participe d'une théâtralité où l'esthétique se conjugue avec le politique.