Desde las universidades europeas y españolas se fomenta cada vez más la internacionalización como forma de dar respuesta a los desafíos de un mundo cada vez más globalizado (Fundación CYD, 2023). Mientras tanto, los vínculos y las conexiones con universidades africanas permanecen invisibilizados o carecen de apoyo suficiente para su concreción. Ello es debido a la fuerza con la que todavía operan en el continente ciertas lógicas coloniales, las cuales, de la mano del extractivismo académico que opera en los discursos de apertura hacia Occidente y sus supuestos beneficios, intensifican los mecanismos de control sobre los cuerpos y conocimientos no occidentales. ¿Cómo pensar el “dilema decolonial” en este contexto? Este panel pretende explorar esta pregunta asumiendo el lugar que podría jugar el archipiélago canario para visibilizar la diversidad de formas de pensar, conocer y hacer que pueden englobarse bajo la perspectiva descolonial.
Buscamos alejarnos de discursos hegemónicos -como el de la internacionalización o el de la innovación educativa- para dialogar con trabajos que reflexionen críticamente sobre el impacto de estos dispositivos de saber y poder sobre cuerpos y territorios que han experimentado las violencias inherentes a las guerras de conquista, el epistemicidio, la esclavitud y el colonialismo en el pasado y, en la actualidad, las violencias generadas por el neocolonialismo y el extractivismo económico a que conducen modelos agroindustriales y turísticos insostenibles, además, de modalidades recientes de extractivismo epistémico. En definitiva, hablamos de espacios que pueden ajustarse a la noción de colonialidad del poder (Quijano, 2000).
La colonialidad, tal como ha sido pensada por Aníbal Quijano, plantea la idea de que la raza se convierte en el principal patrón de poder global a partir de la expansión moderna europea. Pero también tiene en cuenta la “multi-insersión” de dicho marcador con categorías como la clase, el sexo y el conocimiento (Quijano, 2014). Dicho marco de análisis ha sido ampliado por autores como Walter Mignolo con su énfasis en la necesidad de articular un “conocimiento otro” que propicie la desoccidentalización y descolonización del conocimiento (Mignolo, 2015). Al mismo tiempo, hacemos nuestra la crítica que Ramón Grosfoguel establece a la epistemología occdiental y su propuesta transdisciplinar por articular una visión de mundo basada en la “pluriversalidad” (Grosfoguel, 2022), con la que sigue la senda planteada previamente por Enrique Dussel y su idea de “transmodernidad” (1994). Consideramos igualmente imprescindibles las aportaciones que desde el feminismo autoras como María Lugones (2008), Rita Segato (2013) y Ochy Curiel (2021) han aportado a esta discusión sobre el alcance de la colonialidad.
En el continente africano la crítica al predominio del componente occidental en la gestión de la diferencia no es algo nuevo. Destacados intelectuales como Frantz Fanon (1967); Kwame Nkrumah (1965); Chinweizu (1987); Ngugi wa Thiong’o (1986) ya problematizaron esta cuestión en sus respectivos trabajos. Sin embargo, en las universidades europeas son escasos los programas educativos que incluyen sus ideas y toman como referencias formas de producción de conocimientos no eurocéntricas. Entretanto, estamos asistiendo al surgimiento de un renovado interés en la producción de conocimientos que responden a otras genealogías. Así lo atestiguan investigadores como el zimbabuense Ndlovu-Gatsheni (2015, 2018) en su empeño por hacer visibles las epistemologías del Sur Global.
En este entramado las Islas Canarias destacan por ser un territorio altamente complejo, pero también potencialmente transformador. El archipiélago funge como “frontera imperial” (Gil Hernández, 2022), dado que, este constituye un territorio administrativamente europeo que se sitúa, sin embargo, en el noroccidente de África. Por esta razón, la realidad canaria comparte algunas de las problemáticas que afectan al continente, como sus elevados niveles de dependencia política, social y económica del exterior, el riesgo creciente de sufrir los efectos más severos del cambio climático o la presencia estratégica de distintas potencias en su suelo con fines securitarios.
Desde los principales espacios de poder de las Islas, del conjunto del estado español y de la Unión Europea se aborda dicha complejidad recurriendo a todo tipo de eufemismos. Su finalidad es eludir el problemático encaje que tiene Canarias tanto en su realidad geográfica inmediata como en la arquitectura institucional en que se inserta a través del reconocimiento de su “hecho diferencial”, su vocación “atlántica” o “tricontinental” y, también, su “ultraperifericidad” (Gil Hernández; Fernández Hernández y Zelaya Álvarez, 2023). No obstante, nuestro interés es trascender la tensión de este tipo de discursos encubridores para hacer posible la emergencia de espacios de encuentro, producción y contestación que exploren otras formas de conocimiento y de estar en el mundo. Esta es la perspectiva que usamos para explorar las relaciones sociales entre cuerpos y territorios que acompañan las iniciativas políticas y culturales empeñadas en repensar el futuro del mundo desde la diversidad de horizontes que ofrece el continente africano.
Cuando planteamos esta discusión desde Canarias somos conscientes de que para ciertos grupos sociales, como mujeres, migrantes del Sur Global, masas de población empobrecidas y explotadas, dichas relaciones están marcadas por formas de representación que los muestran generalmente como víctimas pero nunca como personas capaces de aportar conocimiento y valor desde sus propias realidades (Zelaya, 2023). Así, aunque a veces estas sean llamadas desde el ámbito académico para dar “testimonios” de sus vivencias, pocas veces son tenidos en cuenta como sujetos con verdadera capacidad de incidir en su realidad, cumpliendo en ella el rol intelectual de expertas.
En resumen, este panel invita a quienes están pensando, investigando y trabajando en el tejido social canario -nos referimos a personas residentes nacidas en las islas y en el continente africano- a compartir su visión crítica acerca del funcionamiento de sus instituciones, asociaciones culturales y colectivos políticos. Hacemos un llamamiento a todas esas personas a presentar trabajos académicos, literarios, performativos, audiovisuales, etc. que intenten dar respuestas que no eludan el dilema decolonial que atraviesa la realidad de las Islas Canarias; respuestas que afronten la complejidad que describe su ubicación africana, así como su capacidad para engendrar transformaciones, aprendizajes y experiencias que nos ayuden a imaginar otro mundo posible.