El conocimiento local se ha convertido en un factor habitual en los discursos y las políticas de desarrollo desde los años 90. Usando distintas denominaciones (Indigenous Knowledge, tradición, etnodesarrollo, incluso capital scial), las agencias internacionales (desde el BM a la UNESCO o la OMS) han invocado factores culturales hasta entonces ignorados o rechazados. Al mismo tiempo, esos conocimientos han sido enarbolados como un componente fundamente del mensaje* decolonial (epistemologías del sur, giro ontológico…) que está sacudiendo el lenguaje global durante el siglo XXI. Tal vez sea en el África al sur del Sáhara donde se han depositado más esperanzas en la activación de dichos conocimientos y también donde la convergencia de los dos escenarios mencionados está resultando más paradójica.
El panel propone precisamente contribuir a generar un balance sobre la confluencia de dichos escenarios en África. Y propone hacerlo, mirando al futuro a partir de la contrastación de estudios sobre casos concretos: multisectoriales (salud, gobernanza, equidad de género, ecología y cambio climático, economía popular…) y multidisciplinares (abiertos a todas las ciencias, aunque sea la antropología la que se puede dar más inmediatamente por aludida). OBJETIVO: generar sinergias y pistas para nuevas hojas de ruta sobre el rol futuro del conocimiento local en África, asumiendo la multidimensionalidad del concepto.
Pese a la visibilidad de las tendencias citadas, en particular de la segunda, la concreción de programas, proyecto e iniciativas que movilicen esos conocimientos locales es muy reducida, si no mínima, en el conjunto de inversiones y políticas dirigidas a la producción de riqueza y de bienestar de las poblaciones. Por el contrario, los estudios dejan suponer que, en el plano informal, su vigencia es muy notable e implica a una mayoría de la población.
La razón principal de esta contradicción aparente parece estribar en el hecho de que estos discursos no son emitidos ni proyectados en acciones refrendadas institucionalmente por las comunidades que, en principio, han originado los conocimientos a los que se refieren. Dicho de otra forma, bien los proyectos y programas no han reconocido la autonomía (jurídica, económica, política) a los sujetos de derecho colectivos implicados -reconocidos local y tradicionalmente, pero no legalmente, por lo general- “tradicional”), bien los discursos son emitidos por personas y en esferas ajenas a dichos colectivos, en particular en contextos de diáspora antigua o “desconectada”. En ambas situaciones no sólo aparece un “ventriloquismo” poco legítimo, sino que, sobre todo, se hace difícil ponderar las eficacias y eficiencias de los conocimientos en cuestión. Este hecho ha tendido a desautorizar “informalmente” las iniciativas de desarrollo basadas en el conocimiento local, a pesar de la multiplicación de las afirmaciones identitarias decoloniales en el marco global, generando un verdadero bucle de opacidad científica. La pandemia de la COVID-19 escenifica y acentúa a la vez esta contradicción, a pesar de que era una oportunidad excelente para poner a prueba los potenciales del conocimiento local en muchas facetas de actividad que interactúan en la salud, y a pesar de las reclamaciones africanas en este sentido.
Este ventriloquismo es particularmente grave porque el conocimiento local no se puede capturar, “objetivar”, en discursos formales y unívocos, en fórmulas. Se trata de conocimientos en gran medida “encarnados”, relacionales, performativos, donde redes de actores jerarquizados actualizan, negocian y operacionalizan el conocimiento. Es por ello que la contrastación de casos concretos es el primer paso para salir de este impasse. Este contraste facilitará, además, abordar la vigencia y la adaptabilidad de los conocimientos locales en su contexto actual, el del desarrollo de la sociedad de la información en África, con la rápida implantación de NTIC e IA. Minimizando, por tanto, las idealizaciones facciosas de dicho conocimiento (a favor o en contra)
Invitamos, pues, a contribuciones que surjan de la auto-reflexión crítica de estudios de caso relacionados con el conocimiento local en desarrollo, desde todos los campos de la sociedad humana, aunque el equipo que propone el panel (SACUDA, Salud, Culturas y Desarrollo en África) haya trabajado sobre todo sobre salud, gobernanza y género.